miércoles, 29 de junio de 2011

Capítulo Tres: 29LSDMV.

A la vuelta, fuímos al ranking. Estaba harta de qué siempre me peguen, no se creen qué me hacen moratones. Dani me abraza y me siento cómo el libro, a tres metros sobre el cielo. Pasamos el resto del programa bien, noto qué me mira más. Supongo qué eso es bueno. Al acabar, me hago fotos con las fans, Dani me coge de la mano.
-¿Y ahora qué quieres, cari? -le miro mientras qué le sonrío.
-¿Te vienes a dar una vuelta? Tengo qué explicarte cosas.
-Ah, es verdad, espera.
Veo a David y le doy las llaves de mi coche.
-¿Ya es disponible la señorita? -me sonrié y me aporta su brazo.
-Pues claro. -me agarro de su brazo y salgo hacia afuera.
Me da un casco qué tenía el maletero, y me ayuda a ponermelo.
-Estás muy guapa ¿eh?
-No seas tonto, chaval.
Nos reímos, espero a que se monte, y me monto yo detrás. Me abrazo a él. Estoy todo el rato con los ojos cerrados. Disfruto del aire qué mueve mi pelo. Ya es verano. Y si paso estos momentos con él, el mejor de mi vida.
-Venga, qué ya estamos aquí.
Me bajo y cuándo abro los ojos,me estaba quitando el casco. Reconozco ese lugar. El parque Juan Carlos I. Entramos y nos ponemos en un lugar sin gente.
-Ponte cómoda, fíjate yo.
Se tira en la hierba, me encantaría tirarme junto a él, qué me acariciara la cara, y...
-Claro, claro. -le sonrío.
Me tiro a su lado.
-Bueno, ¿qué me tienes qué explicar?
Se vuelve hacía mi.
-Qué... tú me gustastes, y por eso estaba tanto con Romina, estaba totalmente adicto a tí... y espero qué no te enfades, pero, hoy por hoy, sigo pillado por tí.
Empiezo a llorar, de felicidad, pero realmente, no se sabe de qué se llora hasta qué te consuelan y ves porque haces ese acto tan humano.
Dani se sienta y me levanta con cuidado.
-¿Por qué lloras?
-Porque dejé a Miki porque me gustabas tú.
Siento qué por fin me he quitado ese peso de encima, qué todo va mejor. Se va acercando y siento sus labios junto a los míos. Es de esos momentos qué nunca se olvidan. Qué quieres que perduren hasta la eternidad. Qué te da igual lo qué pase alrededor, qué sabes qué siempre querrás qué pase ese momento, y cada segundo qué pasa de tu vida, quieres qué vuelva a ocurrir.
-Te quiero Daniel, no se lo digas a nadie.
-Será nuestro pequeño secreto, no te preocupes.
-¿Y si nos pillan?
-Pues no pasa nada, ¿qué tiene de malo?
¿Ah, pero tenía algo de malo pasar momentos tan especiales como este con la persona de la qué estás enamorada desde hace más de un año? ¿Qué justamente ha hecho cómo él y salió con otra persona para olvidarse de lo qué parecía un amor imposible? No tenía ningún impedimento, nos queríamos y punto.
-No, no tiene nada de malo. -le sonrio y me tumbo junto a él- Nunca he dicho antes esto tan sincero.
-¿Lo qué?
-Es qué... pensarás qué soy una cursi.
-Dímelo, no pasa nada.
-Qué... qué eres la suerte de mi vida.
Dani se empieza a reír pero me mira con una mirada qué nunca le habia visto qué mirará antés.
-¿Qué?
-Ven. -me coge de la mano y me lleva a un árbol cercano. Coge una piedra y escribe: 29 LSDMV.- ¿Ves? Tu también eres la suerte de mi vida.
-Bueno, vamos, ya son las siete.
-¿Y?
-Myriam sospechará.
-Da igual, además, sé más positiva, nadie sabrá esto.
-Bueno, puede...
Me abrazo a él junto al árbol. Este será mi día. Nuestro día. El día de mi vida, nunca mejor dicho.
A las doce, llegué a mi casa, Myriam no estaba.
-Bueno, cuqui, hasta mañana ¿no?
-Claro... hasta mañana.
Cierro la puerta y me pongo a dar saltitos cómo una fan cuándo conoce a su ídolo. Me pongo el pijama, me acuesto y no paro de reírme, una risa floja incontrolable. Le quiero, y él a mí, ¿qué hay más perfecto qué el?

No hay comentarios:

Publicar un comentario