miércoles, 29 de junio de 2011

Capítulo Dos: Desengancharme de tí.

Suena el despertador. Diez de la mañana. Casi no he podido dormir por culpa del tema de Miki, pero sobre todo, por Dani. Voy a la cocina y veo a Myriam desayunando.
-Buenos días, madrugadora.
-Eh, sí, buenos días. -digo medio dormirda.
-¿Qué pasó ayer?
-Nada...
-¿Cómo qué nada, cuqui?
-A ver, nada interesante, no le dije nada.
-¿Y porqué no se lo dijistes, a ver?
-Pensé qué era mejor decirselo hoy, no sé.
-¿Has hablado con Miki?
-No, supongo qué lo tendré qué llamar ahora cuándo me despierte.
Myriam me pone el café en la mesa, me lo tomo y llamo a Miki.
-¿Sí?
-Soy Anna.
-Ah, Anna, hola. ¿Qué querías?
-No, si estabas bien.
-Pues voy mejorando la verdad, ¿y tú, cómo vas con Dani?
-Oh, me llaman, adiós.
Cuelgo y empiezo a llorar.
-Joder, Anna, deja de llorar, no sirve de nada.
-Claro, ¡cómo algunas tienen al chico de su vida y les va todo bien!
Me voy a mi cuarto, me visto mientras lloro, me siento delante del espejo y me veo llorar. ¿Por qué? ¿Por qué esto a mí? ¿Es tan díficil qué me quiera? ¿Es tan díficil qué Dani se de cuenta de qué he dejado a Miki por él?
-Adiós, me voy a trabajar.
-¿Estás enfadada conmigo?...
Prefiero no contestar y cierro la puerta. Cojo el coche, enciendo la radio y voy disfrutando de la música, intentando qué los problemas no me dañen más. Llego, aparco, y entro al edificio.
-Buenos días Anna.
-Hola JuanG.
-Hey, Anna, ¿después me puedes llevar a tu casa para ver a Myriam? Se me ha averiado el coche.
-Sí, claro.
Voy buscando a Dani con la mirada sin qué se note mucho, no ha llegado todavía, miro el móvil, son las 11, siempre quedabamos a esta hora para tomar el café...
Siento qué me tapan los ojos y me susurran "Mira para atrás". Reconozco su voz, Daniel Martínez Villadangos. Giró la cabeza y está bailando el Double Dream Feet. Me pongo a reírme. Llega Flo y se empieza a reír.
-Qué tontaco eres, Dani.
-Lo sé, Flo, lo sé. -me mira y me guiña un ojo.
Le sonrío.
-Venga, tontaco bailarín, qué me voy a tomar el café de por la mañana.
-Esperame.
Vamos los dos y sale Romina.
-Aish, cuquito, ya te echaba de menos. ¿Te vienes a desayunar?
-Vamooooooos.
Y se van hacia la otra dirección, me siento gilipollas, allí clavada en la calle, completamente sola. Se me han quitado las ganas de todo, vuelvo a entrar al edificio y me encierro en mi camerino a llorar, tiro el bolso al suelo, aunque, si pudiera, tiraría todo lo qué hay en la habitación.
-Anna, venga, vamos a...
Flo había entrado y me habia pillado llorando.
-Hey, ¿qué te pasa? Sabes qué a mi me lo puedes contar, eres cómo mi hija.
Me abraza y se me queda mirando preocupado.
-Nada, qué ibamos Dani y yo hacia la cafetería, aparece Romy, le dice qué si se va con ella, y me deja a mi sola en la calle haciendo la idiota.
Flo lo sabía, era como mi padre, le contaba todo.
-No pasa nada, venga.
-Si, qué pasa, es qué.. pufs...
-No, si que pasa...
-Vamos a ensayar.
El mediodía se me pasa volando con Flo, Mónica, Violeta, David y JuanG, son mis verdaderos apoyos. Ya empieza el programa con Jesús Vázquez, a ver si Dani se comporta hoy conmigo...
El vestido de hoy me encanta, si pudiera me lo llevaría. Otra vez Martínez metiendose conmigo, ¿estoy con Romy? Si él supiera con quién me gustaría estar a mí... Entre video y video Dani no me para de mirar, intento no mirarlo.
No puedo, tengo qué cantar "Ráfaga" con él, cada vez me quiero más. Es guión pero quiero salir con él. Ya empiezan a elogiar a Romy y yo, claro, la niña buena, la tonta... Bueno, no me molesta, solo me molesta cómo reacciona Dani. Y también qué Romina me quite a los qué eran mis amigos Mónica y JuanG, pero no puedo hacer nada... Publicidad. Veo qué se me acerca.
-Hey Anna, lo de esta mañana...
-¿Olvídalo, quieres?
-Lo siento mucho, enserio...
-Qué sí Dani, qué sí, qué me quede como una tonta en medio de la calle y la gente mirándome.
-Ven.
Vamos hacia el ranking y cierra las puertas.
-Lo siento, Annita, es qué verás, intento desengancharme de tí...
-¿Qué, no te entiendo?
-Venga chicos, 2 minutos.
-Después te lo explico...
Se va y me deja, de nuevo, sola allí. Me quedé pensando un buen rato. ¿Desengancharme de mí? ¿Qué quería decir eso?

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