Ahora, si que tengo los ojos abiertos durante todo el trayecto. Voy disfrutando del paisaje y de la brisa qué mueve mi pelo. Me encanta pasar tiempo con él. Me encanta cuándo me da sorpresas. Cuándo nos escapamos y nadie sabe ni sabrá dónde hemos ido.
A partir de un cierto punto, conozco el camino hacia casa. Pero, exactamente, no iba a esa dirección. Me gustaría preguntarle hacia dónde vamos pero hasta qué no nos bajemos, evidentemente, no puedo decirle nada.
Cómo sé qué ya no voy a volver a casa, cierro los ojos, pienso en todo lo vivido con Dani e intento dormirme. Efectivamente, no me dormí ya qué había dormido antes pero con los ojos cerrados y la brisa, se estaba perfectamente.
Al cabo de tres cuartos de hora o algo menos, abro los ojos, veo un cartel qué ponía "Astorga". Detrás de ese cartel, el aterdecer aparecía. Chico perfecto. Vista perfecta. Lugar perfecto. Quién me diga qué es más feliz qué yo, enserio, no lo creeré, es una grandísima mentira. Aparca enfrente de un apartamento.
-Ya puedes bajar.
Bajo, me quito el casco y miro al apartamento.
-¿No aceptastes mi propuesta? Pues mira, el de allí -se pone detrás mía y con mi mano, señala al ático- es el nuestro.
-Pero... ¿ya, tán rápido?¡Si me lo has propuesto hoy!
-¿Y? Lo tenía alquilado, ahora, oficialmente, lo compraré.
-¿Y si te hubiera dicho qué no?
-Bueno... viviría allí yo solo. Qué remedio -se ríe.
-¿Sabes qué eres un amor?
-¿Sabes qué te quiero?
-Sí, lo sé.
-Yo también sé qué eres la más halagadora y mentirosa del mundo. -me da con su dedo índice en mi nariz.- Te crecerá la nariz cómo Pinocho.
Me río y subimos hasta el ático. Entramos, es todo de madera. Está lo imprescindible, aunque, qué se vaya preparando, qué mañana estamos en Ikea.
Empezamos a hacer el tonto por toda la casa, a bailar "Far L'amore", él haciendo de Bob y yo con un peine imitando a Raffaella.
-Qué sepas, qué todo esto lo hago por ti.
-Ya claro... ¿y me lo tengo qué creer?
-Claro mentirosilla, claro.
Me sonríe y me abraza.
-Me encantas cuándo me abrazas.
-Y tú me encantas más cada segundo qué estoy contigo.
-Y cada segundo qué estás conmigo, te vuelvo más empalagoso.
Se queda pensando, aunque al final me dice riéndose:
-Mierda... ¡tienes razón!
-Por cierto, ¿qué hora es?
-Las.. 11. ¿Por, tienes hambre?
-No, por quedarnos aquí.
-¿Por qué no? Es nuestra casa.
-Suena bien... nuestra casa...
Y, abrazado a él, me quedo dormida hasta un nuevo día.
oooooooooiiiiiii que bonitooooo!! (LL.
ResponderEliminarNext*-*
ResponderEliminarQue bonitoo!!!! Siguientee plis, estoy super enganchada!! Jejeje
ResponderEliminarporfa continuala! esta super bien!
ResponderEliminarContinua la historia,que es preciosa!!
ResponderEliminar¿Cuándo vas a continuar?
ResponderEliminarEs que llevo más de 3 meses esperando el siguiente pero no llega, lo miro todos los días pero nada, por favor, haz el siguiente capitulo. (: