domingo, 3 de julio de 2011

Capítulo 7: El ático de Astorga, nuestro, nuestro y nuestro.

Ahora, si que tengo los ojos abiertos durante todo el trayecto. Voy disfrutando del paisaje y de la brisa qué mueve mi pelo. Me encanta pasar tiempo con él. Me encanta cuándo me da sorpresas. Cuándo nos escapamos y nadie sabe ni sabrá dónde hemos ido.
A partir de un cierto punto, conozco el camino hacia casa. Pero, exactamente, no iba a esa dirección. Me gustaría preguntarle hacia dónde vamos pero hasta qué no nos bajemos, evidentemente, no puedo decirle nada.
Cómo sé qué ya no voy a volver a casa, cierro los ojos, pienso en todo lo vivido con Dani e intento dormirme. Efectivamente, no me dormí ya qué había dormido antes pero con los ojos cerrados y la brisa, se estaba perfectamente.
Al cabo de tres cuartos de hora o algo menos, abro los ojos, veo un cartel qué ponía "Astorga". Detrás de ese cartel, el aterdecer aparecía. Chico perfecto. Vista perfecta. Lugar perfecto. Quién me diga qué es más feliz qué yo, enserio, no lo creeré, es una grandísima mentira. Aparca enfrente de un apartamento.
-Ya puedes bajar.
Bajo, me quito el casco y miro al apartamento.
-¿No aceptastes mi propuesta? Pues mira, el de allí -se pone detrás mía y con mi mano, señala al ático- es el nuestro.
-Pero... ¿ya, tán rápido?¡Si me lo has propuesto hoy!
-¿Y? Lo tenía alquilado, ahora, oficialmente, lo compraré.
-¿Y si te hubiera dicho qué no?
-Bueno... viviría allí yo solo. Qué remedio -se ríe.
-¿Sabes qué eres un amor?
-¿Sabes qué te quiero?
-Sí, lo sé.
-Yo también sé qué eres la más halagadora y mentirosa del mundo. -me da con su dedo índice en mi nariz.- Te crecerá la nariz cómo Pinocho.
Me río y subimos hasta el ático. Entramos, es todo de madera. Está lo imprescindible, aunque, qué se vaya preparando, qué mañana estamos en Ikea.
Empezamos a hacer el tonto por toda la casa, a bailar "Far L'amore", él haciendo de Bob y yo con un peine imitando a Raffaella.
-Qué sepas, qué todo esto lo hago por ti.
-Ya claro... ¿y me lo tengo qué creer?
-Claro mentirosilla, claro.
Me sonríe y me abraza.
-Me encantas cuándo me abrazas.
-Y tú me encantas más cada segundo qué estoy contigo.
-Y cada segundo qué estás conmigo, te vuelvo más empalagoso.
Se queda pensando, aunque al final me dice riéndose:
-Mierda... ¡tienes razón!
-Por cierto, ¿qué hora es?
-Las.. 11. ¿Por, tienes hambre?
-No, por quedarnos aquí.
-¿Por qué no? Es nuestra casa.
-Suena bien... nuestra casa...
Y, abrazado a él, me quedo dormida hasta un nuevo día.

sábado, 2 de julio de 2011

Capítulo 6: Un lugar mágico.

Cuándo me levanto, veo qué no he dormido sola esta noche. Me siento y miro hacia la izquierda. Allí está él, con su cara de ángel, dormido. Me da por acariciarle el pelo, y sin querer le despierto.
-Sh, sigue durmiendo cari.
-No, si ya estaba despierto, solo disfrutaba cómo me hacías mimos.
-Qué tonto eres, por favor. -me rió y me quedo mirándolo con una gran sonrisa.
-Ven aquí.
-No, qué sí no me quedo otra vez dormida.
Me coge por los brazos y me lleva hacia él. Me empieza a hacer cosquillas y me abraza por la cintura.
-Te quiero muchísimo y tal, pero, vamos, qué llegamos tarde.
-¿A dónde?
-Ah... es una sorpresa.
Me guiña el ojo. A saber lo qué habrá pensado. Le dejo un poco más en la cama y de mientras, me visto y preparo el desayuno para los dos.
Pongo la capsula en la cafetera. Myriam se ha vuelto a quedar en casa de David. Se supone qué venía a verme a mí no a estar todos los días con su novio, pero es su decisión. Desenchufo la tostadora y pongo cada tostada en su plato correspondiente. Echo el zumo de naranja en un vaso qué acabo de coger y me lo bebo mientras espero a que se despierte del todo. A los 5 minutos, allí está.
-Buenos...días. -bosteza.
-Hola dormilón.
Se sienta en el taburete y empieza a desayunar.
-Y, ¿se puede saber dónde vamos?
-Te lo he dicho antes, es una sorpresa.
-¿No te saca nada nadie o es solo a mí?
-Sabes qué te lo diría pero... no puede ser María Teresa -imitando a Peñafiel.
-Oh... pues... ¡el casquet volador!
Se empieza a reir.
-¿Ves? Por eso te quiero.
-¿Por que soy tonta?
-No, porque eres la chica más divertida qué he conocido nunca.
-Oh si, seguro...
-Enserio, todas tienen un humor bastante parecido pero tú...
-¿Yo...?
-Eres única, cuqui -me besa.
Me siento tan feliz en momentos como estos. Nadie conoce esta faceta de Dani, y todavía no me creo qué sea la única qué la conozca. Me siento afortunada.
-Venga, qué ya he terminado de desayunar. Solo necesito qué colabores en una cosa.
-A ver, dime.
-No puedes abrir los ojos en todo el camino para qué no sepas a dónde vamos.
-Pufs... bueno, está bien.
Bajamos, nos ponemos el casco y me subo a su moto. Recuerda Anna, los ojos cerrados. Con el sueño qué tengo, me quedaré dormida.
-Anna... Anna... Anna...
Abro los ojos y me veo sentada en la moto, me había quedado dormida. Miro a mi alrededor, era la entrada a un bosque.
-Venga, qué ya hemos llegado. -me quita el casco, abre el sillón de atrás de la moto y lo guarda.
-Este lugar es precioso,Dani...
-Pues todavía no has visto nada.
Entramos al bosque y nos adentramos hasta la mitad de este.
-Eh, ¡Anna no corras!
Empieza a correr detrás mía y llegamos a una cascada con una especie de laguna.
-Verás... te he traido a este lugar para decirte algo especial.
El corazón me late deprisa, tengo cómo 1000 pulsaciones por segundo.
-Dime, ¿de qué se trata?
-Quería decirte... ¿te quieres venir a vivir conmigo?
-Pero si tú estás más tiempo en tu casa qué en la mía -me río.
-No, qué nos vayamos a vivir enserio a Astorga.
-Oh,Dani... -le sonrío.
-El siguiente paso será la boda,sé qué voy muy rápido -se ríe- Entonces, ¿sí o no?
-Sí, sí y un millón de veces sí.
Me besa y me coge de la cintura. Me lleva en brazos hacia el lago y me tira.
-Oh, no... esto si qué no.
Empiezo a salpicarle y a hacerle ahogadillas. A los quince minutos, salgo de allí y Dani detrás mía.
-Venga, vamos a casa.
-Sí, será lo mejor.
-Recuerda, no te quedes dormida.
-¿Por qué no, a ver?
-Porque después te llevas toda la noche viendo películas empalagosas o telenovelas mexicanas.
-Ja-ja qué gracioso.
Salimos del bosque, y vamos rumbo a mi casa. Esa mañana había sido la mejor de mi vida. Ese paisaje lo llevaré siempre en la mente, parecía sacado de un cuento, era mágico.